Spotify condena los insultos racistas en el ‘podcast’ antivacunas de Joe Rogan, pero no cancelará su programa

El fundador y director ejecutivo de Spotify, Daniel Ek, condenó “enérgicamente” el domingo los insultos racistas y otros comentarios hechos por el popular locutor estadounidense Joe Rogan, pero afirmó que no retirará su programa de la popular plataforma de música y podcasts a la carta. Los comentarios de Ek, recogidos en una carta remitida al personal de la compañía a la que ha tenido acceso la agencia Reuters, llegan después de que Rogan emitiera una disculpa por segunda vez en una semana, la última por proferir insultos racistas después de que se difundiera en internet un montaje en el que se le ve usar de forma repetida la palabra nigger (negrata, en castellano), un término despectivo y ofensivo para referirse a los negros. Rogan, conocido por dar pábulo a teorías antivacunas y negacionistas del coronavirus, argumentó en su disculpa que en el montaje aparece utilizando el epíteto racista durante los últimos 12 años, pero incluyó ejemplos en los que discutía el uso del término con cómicos blancos y negros.
Ek afirma en la misiva que fue decisión de Rogan eliminar una serie de episodios antiguos del podcast The Joe Rogan Experience —los que contenían las partes más ofensivas—, después de este mantuviera varias conversaciones con directivos de Spotify y de sus propias reflexiones sobre una parte del contenido del programa, en el que ha usado repetidamente lenguaje racista. “Si bien condeno enérgicamente lo que ha dicho Joe… Quiero dejar un punto muy claro: no creo que silenciar a Joe sea la respuesta”, defiende Ek en el texto.
El CEO de Spotify reiteró su posición sobre las políticas de moderación de contenido de la compañía y dijo que él cree que debe haber límites claros en torno a los programas que se publican. Según Ek, la compañía debe tomar medidas cuando los límites se cruzan, pero cancelar los programas es peligroso, una suerte de pendiente resbaladiza. Además de insultos racistas, los programas de Joe Rogan también son conocidos por su punto de vista negacionista y antivacunas donde se dan pábulo a bulos y teorías conspiratorias de todo tipo sobre el coronavirus. Rogan, además, fue fichado por Spotify en 2020 por 100 millones de dólares y, desde entonces, ha hecho frecuentes comentarios falsos sobre las vacunas y la covid-19.
El programa de Rogan ha desatado en las últimas semanas una revuelta de varios músicos y personalidades contra Spotify. El primero en amenazar a la compañía con retirar su música si esta no eliminaba de la plataforma el podcast negacionista y antivacunas fue Neil Young, que cumplió su promesa y quitó todas sus canciones de la tecnológica. “Espero que otros artistas hagan lo mismo y se vayan de Spotify”, incitó el canadiense. Una compañera de generación, Joni Mitchell (Alberta, Canadá, 78 años), lo siguió. “Gente irresponsable está difundiendo mentiras que están costando vidas. Todo mi apoyo y solidaridad con Neil Young y la comunidad científica y médica”, dijo la artista después de retirar sus canciones.
También el príncipe Enrique de Inglaterra y su esposa, Meghan Markle, expresaron públicamente su “preocupación” por que la plataforma dé pábulo a bulos y teorías conspiratorias sobre la pandemia. Semanas antes, 270 médicos y científicos estadounidenses habían reprochado en una carta a Spotify el daño que emisiones como la de Rogan causan en la confianza y el conocimiento de la opinión pública.
Tras las quejas de Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, Spotify, que perdió más de dos mil millones de dólares en valor de mercado la semana pasada debido en medio de la polémica, anunció que va a tomar medidas para combatir la desinformación sobre la covid-19. Sin embargo, la decisión se limitó a mostrar un aviso en todos los programas que aborden el coronavirus para combatir la desinformación.
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La compañía de música y podcasts a la carta también ha anunciado que destinará 100 millones de dólares (unos 87,5 millones de euros) para la licencia, desarrollo y comercialización de música y contenido de audio de colectivos históricamente marginados, en un intento por impulsar a creadores de diferentes orígenes, según la carta.
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