Trump acude al Tribunal Supremo para lograr inmunidad por sus presuntos delitos

Donald Trump vuelve al Tribunal Supremo. El hombre que ha nombrado a un tercio de los nueve magistrados que están en la cúspide del sistema judicial estadounidense se asoma este año una y otra vez al orden del día del tribunal. Los abogados del expresidente han notificado este lunes que recurrirán contra la sentencia del Tribunal de Apelaciones de Washington que le denegó la inmunidad por la comisión de posibles delitos mientras era el inquilino de la Casa Blanca. Acepten o rechacen los jueces el recurso, Trump gana, como mínimo, tiempo. Ya ha conseguido dilatar el proceso y ha evitado de momento sentarse en el banquillo de los acusados en plenas elecciones primarias del Partido Republicano. Ahora, pide que el caso siga paralizado.

La discusión sobre la inmunidad se refiere al caso de Washington en el que se ha imputado al expresidente por intentar alterar el resultado de las elecciones de 2020, que perdió frente a Joe Biden, para aferrarse al poder. Sin embargo, la doctrina de los jueces se puede extender al conjunto de las cuatro imputaciones por 91 presuntos delitos que pesan sobre él. Este mismo lunes, Trump comparecía para un trámite procesal ante el juzgado de Florida que tramita su imputación por la retención de documentos secretos tras dejar la Casa Blanca.

Trump lleva al Supremo su extrema argumentación de que un presidente o expresidente solo puede ser juzgado ante un tribunal si previamente ha sido condenado en un proceso político (impeachment) por el Congreso. En esa inmunidad casi absoluta, la defensa de Trump argumenta que no se le podría juzgar siquiera por ordenar a un comando de las fuerzas especiales asesinar a sus rivales políticos. Cuesta imaginar que el Supremo, pese a su mayoría de seis jueces conservadores frente a tres progresistas, pueda adoptar un razonamiento así, pero aunque el Supremo rechace el recurso, Trump sigue ganando tiempo.

Quizá por ello, las juezas dictaron junto a su sentencia una orden en paralelo en la que daban de plazo a Trump solo hasta este lunes para recurrir ante el Supremo antes de que el caso se reactivase. La defensa de Trump tenía, por tanto, dos alternativas: recurrir ante el pleno del Tribunal de Apelaciones, pero que el caso se siguiese tramitando, o acudir al Supremo para que siga paralizado, que es lo que ha hecho. Normalmente, un recurso no paraliza la tramitación de un caso, pero en esta ocasión sí lo ha hecho, porque lo que está en juego es la esencia misma de si el expresidente puede ser o no procesado.

Trump ha notificado que va a recurrir formalmente la decisión ante el Supremo y pide que, mientras tanto, el procedimiento siga parado. Eso le permitirá seguir dilatando la instrucción y retrasar el juicio oral.

Tanto la jueza que lleva el caso como el Tribunal de Apelaciones rechazaron la inmunidad del expresidente en términos muy contundentes. “A efectos de este caso penal, el expresidente Trump se ha convertido en el ciudadano Trump, con todas las defensas de cualquier otro acusado penal. Pero cualquier inmunidad ejecutiva que pudiera haberle protegido mientras ejercía como presidente ya no le protege contra esta acusación”, decía la sentencia de 57 páginas en su introducción. “Sería una paradoja sorprendente que el presidente, que tiene el deber constitucional último de velar por el fiel cumplimiento de las leyes, fuera el único cargo capaz de desafiarlas impunemente”, desarrollaban las juezas en los fundamentos de la decisión. “No podemos aceptar que el cargo de la presidencia sitúe a sus antiguos ocupantes por encima de la ley para siempre”, decían en otra de sus frases.

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En el pliego de cargos de este caso, que supuso la tercera imputación de Trump, el fiscal especial Jack Smith lo acusa de cuatro delitos: conspiración para defraudar al Gobierno estadounidense, conspiración para obstruir un procedimiento oficial, obstrucción o intento de obstrucción de un procedimiento oficial y conspiración para violar derechos civiles.

El inicio el juicio, inicialmente agendado para el 4 de marzo por la jueza Tanya Chutkan, se ha retrasado indefinidamente. Eso deja la pista libre para el de su primera imputación, por las falsedades mercantiles en los pagos para ocultar escándalos en la campaña de las presidenciales de 2016 (uno de ellos a la actriz porno Stormy Daniels, para silenciar una supuesta aventura extramatrimonial).

Este está programado en principio ante un tribunal del Estado de Nueva York, durante cinco semanas a partir del 25 de marzo de 2024. Chutkan había hablado con el juez neoyorquino para avisarle de que quizá hiciese falta posponerlo si empezaba el juicio de Washington, pero ese ya no es el caso.

[Noticia de última hora. Habrá actualización en breve]

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