Trump y Putin hablan durante dos horas para revitalizar las negociaciones de paz sobre Ucrania

La esperada llamada telefónica entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, para hablar sobre la guerra de Ucrania ha durado dos horas, y Putin presume de haberse apuntado un tanto. “Rusia y Ucrania están en el camino correcto tras la reanudación de sus conversaciones directas”, ha declarado el dirigente ruso, que reitera a Trump sus promesas de paz mientras sus bombas caen sobre las ciudades ucranias día tras día y se muestra reacio a aceptar un alto el fuego por el temor a que no pueda hacer capitular a Kiev en el futuro. “Ha sido muy franco y, en mi opinión, muy útil”, ha señalado Putin, a modo de resumen sobre su conversación con el líder estadounidense.

Del lado de la Casa Blanca, la conversación tenía un objetivo esencial: determinar si el inquilino del Kremlin tiene verdaderas intenciones de lograr la paz. El estadounidense había advertido en semanas anteriores que impondría nuevas sanciones contra Moscú si no se registraban progresos del lado ruso para detener los combates, aunque no había vuelto a agitar esa amenaza a la espera de las fracasadas conversaciones de Estambul la semana pasada. Su vicepresidente, J.D. Vance, apuntaba antes de la conversación que Trump está “más que dispuesto” a abandonar su papel mediador si no hay avances.

Putin ha sido el primero en ofrecer sus conclusiones de este contacto telefónico. “Rusia aboga por una solución pacífica a la crisis ucrania, es necesario identificar los caminos más eficaces hacia la paz”, ha manifestado el dirigente ruso un día después de lanzar 273 drones sobre Ucrania.

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó la frustración del mandatario estadounidense ante el estancamiento del proceso. “Se ha ido cansando y frustrando con ambas partes del conflicto”, aseguró la portavoz antes de la llamada. “Ha dejado claras a ambas partes que quiere ver una solución pacífica y un alto el fuego lo antes posible”.

Pero hasta ahora Trump se ha mostrado en general notablemente más favorable hacia las posiciones de Moscú que hacia las de Kiev, algo que hacía temer a los aliados europeos de Ucrania que el estadounidense pudiera llegar con el ruso a un acuerdo que detenga la guerra en unas condiciones inaceptables para el país agredido por Rusia.

Trump tenía previsto hablar también por teléfono con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, algo que según la cadena de televisión CNN ocurrió antes de la conversación con Putin. Tras esas llamadas dialogará con líderes de países miembros de la OTAN, después de haber hablado con líderes europeos a lo largo del sábado y domingo.

Trump había anunciado el sábado que hablaría con Putin y Zelenski este lunes tras el fiasco de las conversaciones de paz la semana pasada en Estambul entre Ucrania y Rusia, que se aplazaron un día, duraron apenas dos horas y se desarrollaron solo entre delegaciones de nivel intermedio. Su único resultado tangible fue el compromiso para el intercambio de un millar de prisioneros por bando, que podría ocurrir esta misma semana, y las promesas de seguir conversando.

Esas conversaciones se habían organizado a sugerencia del propio Putin, que en el último momento decidió no desplazarse a la ciudad turca, entre acusaciones de Ucrania de que Moscú solo había propuesto la cita para ganar tiempo y esquivar las presiones internacionales en favor de un alto el fuego temporal.

Inmediatamente antes de esa sesión de negociaciones, y tras conocerse que Putin no estaría presente, Trump había adelantado que no habría grandes progresos en Estambul y que la única manera de lograr avances sería mediante una reunión entre él y el líder ruso. El estadounidense no solo evitó criticar a su homólogo por no haberse presentado en las conversaciones, sino que también se mostró comprensivo: aseguró que Putin solo iba a viajar porque pensaba que él también iba a estar en la ciudad turca.

Antes de la llamada entre los dos líderes, Vance declaraba a la prensa durante su viaje de regreso de Roma, donde asistió a la misa de inicio de pontificado del papa León XIV, que Estados Unidos quiere “ver resultados”. “Reconocemos que estamos en un punto muerto. El presidente le dirá al presidente Putin: ¿es usted serio sobre la paz? Porque la propuesta de EE UU siempre ha sido que descongelar las relaciones de Rusia con el resto del mundo acarreará muchos beneficios económicos a Moscú, pero no los va a materializar si sigue matando a gente inocente. Si está dispuesto a parar las muertes, Estados Unidos estará dispuesto a ser un socio para la paz”.

“Creo honestamente que el presidente Putin no sabe cómo salir de esta guerra”, agregaba el vicepresidente, que recordaba que “dos no pelean si uno no quiere. Sé que el presidente quiere conseguir (la paz), pero si Rusia no quiere conseguirla, vamos a tener que acabar diciendo: esta no es nuestra guerra… si no podemos terminarla, acabaremos diciendo: ¿saben qué? Ha merecido la pena intentarlo, pero no vamos a seguir“.

A lo largo del fin de semana numerosos líderes europeos han conversado con Trump o Vance para tratar con ellos sobre la guerra, y poner de manifiesto que es Putin, y no Zelenski, quien está poniendo obstáculos para detener la guerra. Trump suele mostrarse siempre mucho más crítico contra el líder ucranio, a quien en febrero abroncó públicamente en el Despacho Oval, que contra el mandatario ruso, a quien describe como alguien “muy inteligente”. El inquilino de la Casa Blanca ha acusado falsamente en diversas ocasiones a Zelenski de haber provocado la guerra, o de ser un “dictador”, mientras que considera que el fracaso del Kremlin en ocupar Ucrania por completo es una “concesión” rusa. Su tono, no obstante, se ha suavizado después de que ambos volvieran a verse las caras durante el funeral por el fallecido papa Francisco en Roma el pasado 26 de abril.

Esta ha sido la tercera llamada entre los dos mandatarios desde que Trump fue investido presidente. Al menos que se hallan hecho públicas. The Washington Post reveló en noviembre del año pasado que Trump mantenía contactos directos con Putin incluso antes de regresar a la Casa Blanca. En su última conversación telefónica del 18 de marzo, los dos dirigentes pactaron un alto el fuego en torno a las infraestructuras energéticas que fue violado desde el primer día.

Putin tienta a Trump con hacer nuevos negocios desde que comenzaron sus negociaciones bilaterales en febrero. Esta vez, el presidente ruso aprovechó su última llamada con el líder norteamericano para promocionar el Centro Sirius, un territorio autónomo que fue fundado hace diez años en el sur de Rusia como supuesto vivero tecnológico y punto de captación de talento. El Kremlin hizo especial énfasis este lunes en que la conversación con Trump tuvo lugar desde esta zona financiada por el Estado para la captación de nuevas empresas.

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