Un curso del Atlético a la contra

Diego Pablo Simeone y sus futbolistas abandonaron ayer el Hotel Conrad de Los Ángeles aun cariacontecidos y malhumorados ante el inesperado fiasco que ha supuesto para ellos y para el club la eliminación en la primera fase del Mundial de Clubes. El Atlético ha sumado seis puntos, los mismos que el PSG y el Botafogo, pero el 4-0 encajado ante el campeón de Europa le ha pasado factura a la hora de deshacer el triple empate. “Hemos ganado los dos partidos que teníamos que ganar, pero los dos últimos goles que nos metió el PSG y su impensable derrota ante el Botafogo nos han sacado fuera del torneo”, lamentan desde la expedición rojiblanca.

El daño del varapalo es deportivo y también económico. Los cálculos mínimos de ganancias estimaban una bolsa de entre los 40 y 50 millones de euros si el equipo se plantaba en cuartos de final. Además, la continuidad en la competición también suponía mantener la estrategia de expansión de marca que el club había desplegado desde que el día 10 de junio aterrizó en Los Ángeles. El dolor y la frustración de cuerpo técnico, jugadores y dirigentes también tiene que ver con un comentario generalizado en el seno de la expedición. “No sabemos cuándo podremos volver a ver al Atlético en otro Mundial porque no es fácil volver a quedar por delante del Real Madrid o el Barcelona teniendo en cuenta los resultados en la Champions League durante cuatro años”, advierte un empleado del club. El haber logrado la clasificación para este primer Mundial de Clubes de 32 equipos por delante del Barcelona ha sido resaltado durante estas dos semanas tanto por Simeone como por la dirigencia.

La opulenta y atractiva competición también era la última bala que le quedaba a Simeone y al plantel para tratar de conquistar un título, después de haber optado a ganar la Liga, la Champions y la Copa hasta el fatídico mes de abril. Simeone había rehecho al equipo en un momento delicado, cuando se había descolgado de la pelea liguera y luchaba por estar entre los equipos que pasaban a octavos de la Liga de Campeones.

En ese momento de zozobra, Simeone recibió en una reunión el respaldo del máximo accionista, Miguel Ángel Gil Marín, y del director general de fútbol, Carlos Bucero. “Agradeció el gesto”, asegura un directivo rojiblanco. El preparador argentino llegó a escuchar en el citado cónclave que si había algún jugador que estuviera generando problemas en el vestuario o de actitud en los entrenamientos, el club actuaría con severidad.

Tras esa charla entre la dirigencia y el Cholo, el Atlético enganchó una racha de 15 victorias consecutivas que dispararon la creencia en el vestuario y en los despachos de que el curso podía cerrarse con un título. Hasta que el doble toque de Julián Alvarez que costó la eliminación europea fue un duro golpe que terminó por afectar al bajón en la Liga y a la eliminación copera en semifinales contra el Barça. La eliminación del Mundial de Clubes también ha instaurado en el ambiente de los expedicionarios que los detalles de todo tipo que pueden marcar el devenir en una competición han jugado en contra del Atlético. El equipo aterrizó en Los Ángeles y se encontró en medio del downtown angelino, a 200 metros de los disturbios por las manifestaciones de la población latina contra la política migratoria de Trump. Ni Simeone ni los jugadores ni el club han utilizado como excusa este contratiempo, pero algunos han admitido en privado que no es la mejor manera de preparar un torneo tan exigente. Durante la semana que duró el toque de queda en la zona, el persistente ruido de las sirenas y de los helicópteros fue la banda sonora que acompañó al equipo día y noche.

Los detalles en contra también aparecieron en los partidos de este Mundial. Griezmann tuvo el 1-1 ante el PSG y la siguiente jugada fue el 2-0. A Julián Alvarez se le anuló un gol tras detectar el VAR una falta de Koke y Sorloth tuvo el 2-1 antes del caos final que dejó el marcador definitivo en el 4-0 y que tanto ha pesado en la eliminación. Julián Alvarez se lamentaba en privado en las entrañas del Rose Bowl de Los Ángeles de la ocasión fallada al borde del primer tiempo que habría hecho dudar al Botafogo. El jugador más fiable en ataque del Atlético no ha estado fino en el remate. Tampoco Griezmann, que analiza la eliminación y la temporada más allá de la sensación de que los detalles arbitrales tampoco han favorecido al equipo. “No tenemos que enfocarnos en los árbitros. Es un trabajo y un problema más profundo y más dentro del equipo que de los árbitros. Hay que mirarse porque hay veces que no estamos al nivel y tenemos que resolver eso”, advirtió el galo.

Logrado el objetivo mínimo pero fundamental de participar en la próxima Champions, la mejora apunta tanto a Simeone como a sus jugadores. El primero debe acelerar la evolución emprendida en ataque y los futbolistas ofrecer una mejor versión en los momentos clave. El club debe reforzar la banda izquierda con la consumación de los fichajes de Baena y un lateral, la de Jonny Cardoso y la del central Cuti Romero. Esas son las grandes prioridades después de 200 millones de euros invertidos el pasado verano que no han fructificado en título alguno.

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