Madrid contrata a una empresa para que mate a tiros a las cotorras

Las cotorras de Madrid, abatidas a tiros. Pese a que el Ayuntamiento de Madrid anunció que tendría que disminuir el número de esta especie invasora, pero que lo haría de una manera ética, los vecinos se han encontrado con la sorpresa este jueves: dos hombres iban por el parque de la Fuente del Berro, en pleno barrio de Salamanca, lanzando perdigones a las aves. Acto seguido, se acercaban a los cuerpos inertes que caían al suelo y los guardaban para no dejarlos a la vista. Sin embargo, una mujer ha sacado el móvil y ha empezado a grabar un vídeo que rápidamente ha empezado a correr por grupos de Whatsapp y redes sociales. Un cartel a la entrada del parque anunciaba que el parque estaría cerrado desde las 9.00 hasta las 12.00 “por motivos de trabajo de control de especies invasoras”. No ha sido suficiente para que los vecinos se quedaran fuera y no vieran los perdigonazos. El Consistorio todavía no ha respondido a las preguntas de este periódico de por qué se está utilizando esta técnica para acabar con las aves.
El Ayuntamiento de Madrid puso en marcha el plan para eliminar a más de 11.000 ejemplares de cotorras argentinas y de Kramer. La medida se anunció en octubre de 2019 para ponerlo en marcha justo 12 meses después, es decir, en octubre de 2020, con una duración de 23 meses y un coste de casi tres millones de euros. Cuando se anunció en primer lugar se iban a invertir apenas 100.000 euros en el exterminio de estas aves, entre seis y ocho euros por cotorra. Después el precio subió a unos 272 por cabeza. Ya entonces las voces más críticas preguntaban si acabarían con ellas a cañonazos.
🔴 URGE DIFUSIÓN
¿Así es como controla @MADRID a las cotorras? ¿Esta es la gestión que defiendes, @bcarabante? Os hemos presentado un método ético, no lesivo, efectivo y más barato y ¡habéis elegido matarlas a tiros!
ES UNA VERGÜENZA.
No pararemos hasta detener esta masacre. pic.twitter.com/cLVVoMk3cu— PACMA (@PartidoPACMA) November 25, 2021
Al tratarse de una especie exótica invasora, los ejemplares capturados no pueden ser reintroducidos al medio natural, según explicó en 2020 el área de Medio Ambiente, por lo que su destino era sí o sí “el sacrificio”. ¿Cómo lo iban a hacer? No lo anunciaron, ya que el Ayuntamiento dejaba en manos de una empresa adjudicataria el modo de hacerlo. Lo que sí aseguró Medio Ambiente es que “el eutanasiado ético de los animales” se iba a llevar a cabo “por métodos que no contravengan la normativa sobre bienestar animal”. “La empresa adjudicataria deberá establecer un plan de gestión de capturas”, explicó.
Estas aves exóticas importadas son un grave problema, ya que amenazan a la fauna autóctona, como por ejemplo a los gorriones; también transmiten enfermedades a otras aves o incluso a los humanos; y sus nidos se consideran un “riesgo para la integridad y la vida de las personas” porque pesan mucho —lo normal, entre 40 y 50 kilos, pero pueden llegar a 200—. Hasta el momento, los nidos no han afectado a personas, aunque sí se han roto “ramas de gran envergadura” por el peso.
Según anunció entonces el Ayuntamiento, los distritos con más cotorras son Carabanchel (2.547), Moncloa-Aravaca (2.298) y Latina (2.229). Entre los tres, en el eje oeste-suroeste, reúnen casi un 54,5% de la población madrileña. Se instalan en los árboles de la familia de las pinaceas (81%) mayoritariamente cedros y en menor medida pinos, seguidos de árboles caducifolios (6%) sobre todo plátanos.
En Madrid viven la mitad de las cotorras de España
VICTORIA TORRES
En el censo nacional realizado por SEO/BirdLife en 2015, se calculaban en 18.980-21.455 los ejemplares de ambas aves en toda España. Las comunidades con mayor población son Madrid en primer lugar, seguida de Cataluña, con 7.248-8.193 y 6.891-7.792 respectivamente. En el censo realizado en 2019 en el municipio de Madrid se localizan 4.408 nidos y su población se estimó entre 11.154 y 12.975 ejemplares, lo que supondría casi un 50% de la población nacional según la cifra obtenida a escala estatal.
La invasión tiene su origen en la moda de la década de los ochenta y noventa de comprarlas como animales de compañía. En 2005, la UE prohibió la importación de aves silvestres tras detectarse casos de gripe aviar y en 2013, el Gobierno español prohibió además la tenencia y la venta de las dos especies de cotorra, aunque los ejemplares procedieran de la cría en cautividad. Pero ya era demasiado tarde. Pero desde 1986, primer año en el que hay registros oficiales, hasta 2015, España importó legalmente más de un millón de loros. Una vez en suelo español, las cotorras aprendían a abrir sus jaulas y se escapaban o eran liberadas por sus dueños, ante el griterío que organizan. Tienen una vida de 20 años en cautividad y se reproducen rápidamente (entre seis y ocho huevos al año).
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